LA COMIDA ESTÁ DE MODA?

Hace ya tiempo que la comida ha tomado una dimensión social y un interés en los medios de comunicación que no siempre ha tenido. Es cierto que nuestra sociedad se mueve en la cultura de la comida, pero en los últimos años se ha desmedido. Sólo hay que pensar en los programas de cocina y su evolución. Han pasado de ser un espacio al mediodía a estar en canales propios o servir para realities shows. Incluso han traspasado la barrera generacional y llega a afectar a nuestros hijos, queriendo hacer de ellos unos grandes "chefs". Compramos libros de recetas de una manera indiscriminada, buscamos recetas en blogs, acumulamos como de un Diógenes culinario hojas y papeles con recetas copiadas a mano...

Preguntando a los niños quiénes son los famosos que conocen, podemos ver que entre cantantes y actores se han introducido los cocineros. Incluso si os pregunto a vosotros sobre quienes ocupan vuestro espacio mediático (instagram, facebook, blogs...) pues aparecerá algun personaje relacionado con la cocina. Yo he mirado mi twitter y he descubierto que sigo a varios. 

A priori esto no es malo. Está bien conocer sobre la alimentación, sobre nuestra dieta alimenticia. El problema pasa como con todos los gurús, sus opiniones no siempre son las más acertadas.  Y en muchas ocasiones seguimos a personas que nos hablan desde cierto desconocimiento. 

Seguramente te estarás preguntando a dónde quiero llegar. Pues me preocupa que la comida se vea desde la superficialidad. Ver la comida desde el espectáculo y no desde el rigor científico no nos ayuda nada en el aprendizaje. Por ejemplo, ¿quién no ha dejado de comer cierto producto porque vió un vídeo en facebook? ¿Y quién contrastó la información? Son las nuevas leyendas urbanas. Cosas que damos por buenas porque alguien lo ha dicho en su muro. Asustar con la nutrición es muy fácil.

Hace unos años usamos la dieta Dunkan y el resultado fue terrible. Aquello nos hizo leer más sobre nutrición, comparar opiniones, buscar artículos de rigor científico... pero sobretodo a poner en tela de juicio cualquier cosa que aparece en las redes sociales. Porque al final, si hacemos caso a todo lo que se dice, no sé qué podríamos comer. 

Contrastad, leed, informaos... pero sobretodo cuestionaos el mundo. Que no se cruce en vuestro camino ningún mito y tire abajo vuestro progreso.

GARBANZOS CON COL

Esta semana mi madre nos trajo una col del huerto. No sabíamos qué hacer con ella porque nos daba mucha pereza comerla. Al final nos decidimos por esta receta. Y tenemos que decir que es deliciosa.

1. En una cacerola, poner a sofreír el diente de ajo y la cebolla picados, en el aceite. 

2. Añadir al sofrito un tomate picado. (sí, ya lo sé, no lo he puesto en la lista de ingredientes.)

3. Picar la col. Una vez troceada añadirlo al sofrito. Tener mucho cuidado con la col. Se dora muy pronto Y además suelta mucha agua.

4. Una vez tenéis la col dorada, añadimos las especias. 

5. Cubrimos con agua. Lo dejamos hervir a fuego lento hasta que reduzca el líquido. A mí me duró unos 20 minutos.

Como veis es una receta muy fácil. Se puede preparar la noche anterior. Si la tenéis que llevar en una fiambrera al trabajo, mejor si la podéis calentar. 

Esta receta tiene 4sp por persona. 

LA COMUNIDAD

Todos tenemos una historia personal que es el modo en que contamos a nuestro personaje en medio de las circunstancias. La lucha por perder peso forma parte de nuestra historia. Depende de cómo lo contemos, se verá con más épica o menos rigor. 

Empezamos a cambiar nuestros hábitos alimenticios hace ya unos cuantos años. En el camino hemos abandonado costumbres negativas, como los fritos. También hemos ido dndo más presencia a las positivas: verduras y frutas. 

Pero el punto más importante lo han puesto los ratos de compartir nuestras historias. Si pienso en nuestra historia tendría que incluir la necesidad de conversar, habría que compartir experiencias, reflexiones, reelaborar nuestros mitos, intercambiar... 

La comunidad es necesaria para avanzar. No estamos solos. 

APRENDER A COMER NO ES UNA OPCIÓN, ES UNA OBLIGACIÓN

Tengo un filósofo de cabecera, Edgar Morin, que siempre me lleva a pensar en la manera de vivir. Hace unos días leía una de sus declaraciones "[Nuestra educación] adolece de una enorme carencia en lo que atañe a una necesidad primordial del vivir: equivocarse y engañarse lo menos posible, reconocer fuentes y causas de nuestros errores e ilusiones, buscar en toda ocasión el conocimiento más pertinente posible."

Cuando hacemos una dieta, cuando empezamos una serie de ejercicios, cuando diseñamos las actividades de una semana tendemos a pensar el los logros, más que en los pasos. Y los pasos contienen inseguridades, caídas, tentaciones... Nadie nos explica que la semana es dura. Nadie nos dice que hay momentos de flaqueza y de hambre. Por eso es importante recordarlo. 

Cada semana hacemos el propósito de hacer un menú completamente equilibrado. Pero somos muy conscientes de los "imprevistos sociales" y de las tentaciones que puede provocar la ansiedad. Así que no te mortifiques. Simplemente lo tenemos en cuenta e intentamos equilibrar al día siguiente. Esos "errores" son los que nos enseñan a comer. 

No decimos nada nuevo o que no sepáis ya. Simplemente hay que aprender a comer. Reeducar nuestra manera de alimentarnos. No hay milagros. Lo único que existe es nuestra responsabilidad ante lo que comemos. Y para hacerlo debemos contar que no somos perfectos. Sólo así lograremos aprender, avanzar y perder eso que nos sobra.